RUIDO INTERIOR: Desde un punto de vista del usuario respecto a su entorno exterior, aparece el concepto del confort interior en nuestras viviendas, fruto de la capacidad de protección acústica respecto a los niveles exteriores colindantes, es decir, del aislamiento acústico en fachada.

Por lo tanto tendremos que tener en cuenta el uso de las estancias interiores de los edificios para determinar el nivel sonoro de confort a cada una de ellas. La Normativa nos aporta ese dato.

El nivel EMISOR lo podríamos medir o acudir a la Ley del Ruido conocer cuál es la media anual del nivel sonoro de la zona (Ld) en donde se ubicará la edificación.

El nivel RECEPTOR, el que necesitamos para tener confort, lo conocemos. Variará en función del uso y del periodo del día en el que utilicemos la estancia.

Partiendo del concepto básico de que el AISLAMIENTO = EMISOR - RECEPTOR, bastará inicialmente conocer al menos dos de los tres para hallar el desconocido.

RUIDO EXTERIOR: En muchas ocasiones lo podremos medir in situ, en otras se podrá estimar.